Lo que se cocina para ahorrar. Parte 1

Las buenas noticias también llegan con retos.

Hace un mes y medio me llegó una notificación al correo con una noticia, que la verdad, ya no esperaba.

Esa noticia me tiene inmensamente feliz y luego te contaré un poco más. 

La cuestión es que pasado el momento de euforia, fui consciente de que esto implicaría no solo dejar de trabajar por un par de semanas en mayo y en consecuencia, no recibir ingresos, sino también incurrir en algunos gastos que no tenía contemplados.

Ya lo resolveré, pensé.

Entonces me llegó otro correo -porque el universo a veces tiene el sentido del humor de Don Jediondo- donde me notificaron que van a vender el apartamento donde vivo y eso implica que deba mover mis corotos en julio.

Mi yo del pasado habría colapsado un poco, entrado en pánico, comenzado a sentir el hormigueo que suele sentir al lado izquierdo de mi cuerpo cuando no sabe cómo responder, pero por fortuna mi yo del presente ha aprendido bastante del arte de la “calmación” y se aburrió del papel de víctima.

Esta yo nueva y renovada, más no del todo iluminada y eterna, enfurecida y tranquila, es bastante resolutiva y sabe que para que las cosas pasen no basta con leer El Secreto ni de desvelarse toda una noche buscando una estrella fugaz.

Sabe que para tener, primero hay que ser y luego hacer.

¿Qué hice entonces? 

me armé un plan de acción para ahorrar y no tener que usar mi bolsa de papel para casos de hiperventilación.

Desde hace muchos años llevo un cuadro de Excel muy precario pero que entiendo, donde tengo mi presupuesto personal y del negocio.

(Si eres medio atembada(o) para el Excel como yo, una buena herramienta con la que también me apoyo es esta).

Tenerlo me ha permitido chequear por dónde se me va el dinero con más frecuencia, y ¡oh sorpresa!, el área donde más gasto es en restaurantes.

Pero ojo, no porque no cocine, sería una completa ironía, sino porque si hay algo que disfrute mucho y a lo que le invierto con gusto, es a conocer lugares y probar propuestas gastronómicas.

También me di cuenta que aunque cocino, estuve tan ocupada los últimos meses, que muchas veces sucumbí a las comidas a domicilio. 

Si vives en Bogotá, te habrás dado cuenta de que mantener estos dos hábitos hoy es enviar la billetera directamente a cuidados intensivos y en ocasiones, al cuerpito también.

Una vez tuve claro que esta era el área donde más debía enfocarme, me puse manos a la obra, y acá entre nos, me quedaba muy fácil hacerlo.

Acá voy a sacar a la modestia del cuarto un momento para decirte que si hay alguien que sabe cómo ahorrar dinero con el tema de la alimentación, soy yo.

”Pero Cata, acabas de decir que estabas gastando un montón en restaurantes y domicilios, eso no es ahorrar…”

¡Correcto! 

Y aquí aclaro algo: también acabo de decir que yo SÉ cómo ahorrar dinero en la alimentación.

Ahora, que se me olvide aplicarlo, es otra cosa.

Eso es como leer libros de autoayuda o crecimiento personal (que a propósito soy fan): que los leas y te sepas la teoría no significa que ya seas la reencarnación de Buda.

Tan consciente seré de esto que la solución era muy sencilla: aplicar lo que predico.

Déjame contarte en resumen el plan que he venido implementando desde hace tres semanas y los resultados $$$$.

Anoté en una hoja la lista de mercado que sugiero en mi experiencia Coquitas Coquetas (esa donde sales con todos los almuerzos de la semana listos en coquitas que te llevas a tu casa).

Comí algo antes de ir a hacer el mercado. ¿Por qué? porque NUNCA debes ir a hacer las compras con hambre. Cuando vas con el estómago vacío, te terminas antojando de cosas que no necesitas y que afectan el bolsillo sin darte cuenta.

Fui a mi Fruver de confianza y compré lo que necesitaba. No más, no menos.

Esa es la importancia de ir con la lista ya hecha. (En otro correo te contaré la manera más efectiva e inteligente de recorrer un supermercado o plaza de mercado)

Al llegar a la casa, hice mi Batch Cooking.

¿Quejeessso?

Eso es un método maravilloso que explico en muchas de mis experiencias.

En resumen, es cocinar o alistar varias preparaciones básicas que luego me sirven para armar mis comidas en cuestión de minutos y sin que me de pereza.

¿Ventajas?

  • Comes muy variado y no solo una ollada de lentejas durante toda la semana.
  • Te toma máximo hora y media de un día a la semana.
  • La lavadera de ollas y utensilios se reduce considerablemente y por tanto, el recibo del agua llega más económico (punto para el ahorro) y tu felicidad aumenta.
  • Comes de manera mucho más saludable porque al cocinar tu mismo(a), sabes qué tantas grasas y de qué calidad estás usando, utilizas menos procesados ycreas platos más balanceados.
  • Y por supuesto: ¡ahorras un montón!

Para no ir más lejos, me gasté ⅓ de lo que me gastaba en una semana y comí como los Dioses:

  • Encocado de camarones con moneditas de plátano
  • Molde de papa con pollo gratinado
  • Pasta con salsa de champiñones
  • Pollo en salsa de frutos secos con arroz al cilantro y ensalada
  • Ensalada mediterránea con pollo y pesto,
  • Albóndigas con salsa de champiñones y tocineta con puré de papa y brócoli campesino.

Todo esto con no más de 20 ingredientes sin contar las especias o condimentos que tenemos en la casa.

Y como me quedaron cositas, armé otros platos igual de ricos y algunas marinadas salvadoras.

Si quieres empezar a poner en práctica este método, búscate en Youtube videos de Batch cooking.

Los que encuentras están más enfocados a la cultura estadounidense pero sirven para que te hagas una idea.

Ahora, si quisieras aprender más de este método, adaptado a nuestro paladar, ingredientes, costumbres y ritmo de vida que es bien diferente, y además llevarte la comida empacada a la casa, ya sabes que existe una experiencia muy divertida en ConContraseña, mi cocina estudio en Bogotá, que se llama Coquitas Coquetas.

La única experiencia práctica en la que en cuatro horas quedas más preparado que un yogur mientras haces nuevos amigos y amigas. (Punto para ConContraseña porque esto no lo hace youtube)

Valor de la inversión: $184.000 todo incluido

  • CLASE PRESENCIAL DEMOSTRATIVA Y PRÁCTICA DE CUATRO HORAS DE DURACIÓN
  • TODOS LOS INGREDIENTES
  • MEMORIAS DE LA CLASE
  • ALMUERZO
  • 5 COQUITAS DE PLÁSTICO PARA EMPACAR TUS ALMUERZOS
  • 1 MES DE ALMORZADIARIO GRATIS PARA QUE PLANEES TODOS TUS ALMUERZOS DEL MES y sigas ahorrando
  • ASESORÍA EN LÍNEA CUANDO LO NECESITES VÍA WHATSAPP

Haz clic en aquí para separar uno de los apetecidos cupos. 

Ya es hora de comer muy rico y meterle monedas al marrano.